Todo tiene solución
Todo es causa consecuencia. Cada acción es
consecuencia de la otra, que se vuelve la solución.
Todo lo que hacemos repercutirá en la próxima
decisión. La próxima decisión a su vez, es consecuencia de lo anterior.
Cuando actuamos, estamos solucionando lo
pasado, ya sea de forma positiva o negativa, correcta o incorrecta.
No importa si esto nos hace mejor o peor,
de alguna manera sobrellevamos lo pasado y lo convertimos en presente. Es una solución
para aquello que en su momento fue un problema.
Un problema puede mutar y seguir siendo
un problema. Pero seguirá siendo algo que necesita de otra solución.
Y así se va formando una cadena de
causa-consecuencia de sucesos que tenemos que ir pasando, situaciones que
tenemos que enfrentar que se van disfrazando de personas y eventos, pero que
siguen siendo situaciones con soluciones.
CONCLUSIÓN: no hay que hacernos problemas
ya que tarde o temprano mutarán a ser otro problema.